El japonés tiene varios dialectos, es decir, distintos modos de hablarse a lo largo del territorio, pero la lengua franca de Japón es una forma llamada hyōjungo (標準語), que literalmente significa ‘lenguaje estándar’ y que está basada en el habla de Tokio, la capital del país, pero tomó su propia dirección y se convirtió en uno de los dialectos japoneses, llamado hōgen (方言).
Además de los caracteres chinos, la lengua japonesa desarrolló dos sistemas de escritura, el hiragana y el katakana. El hiragana se usa para palabras japonesas indígenas o domésticas (por ejemplo, さくら 'cereza'). El katakana se usa para todas las palabras extranjeras que no sean de origen chino, アメリカ (América),アップデート (actualización).
Desde la época Kamakura hasta la época Tokugawa, también llamada "Edo", la lengua japonesa creció sin mucha influencia extranjera. Su desarrollo estuvo aislado, con la excepción de la llegada de los Nan-Banjin (los bárbaros del sur) los portugueses y después los holandeses.
El japonés se modernizó con la revolución Meiji en que el Shogun Tokugawa fue derrotado. Durante este periodo, el nuevo gobierno japonés restauró el reino del Emperador como gran líder del país y al mismo tiempo el nuevo gobierno se modernizó a sí mismo, a las escuelas y a su tecnología militar enviando muchos alumnos a estudiar en el extranjero, (EE. UU., Inglaterra, Francia, Alemania).
El movimiento nacional para modernizar el país con el préstamo de conceptos e ideas extranjeras afectó a la lengua japonesa. Por la influencia ibérica de hacer y comer pan existe la palabra "pan" tanto en japonés como en español o portugués. Desde este periodo se usa mucho el alfabeto Katakana, para palabras extranjeras como "Pan", "Arubaito" ("trabajo" en japonés con origen de Arbeit en Alemán).
Con la caída del Imperio japonés después de la Segunda Guerra Mundial, Japón recibió influencia estadounidense en contraste con el resto de países de Asia, con la excepción de la India, Pakistán, Hong Kong, Filipinas y Malasia.
Dialectos regionales el Idioma japonés 日本語
Si bien a lo largo de la historia siempre ha existido una lengua estándar japonesa usada ampliamente a lo largo del territorio, al menos para usos formales, esta lengua ha convivido siempre con variedades japónicas regionales. El dialecto de la Región de Kantō en el que se basa el japonés estándar, está basado en la forma de hablar culta de Tokio y se considera un idioma formal y cortés, el cual se habla en la subprefectura de Hachijō principalmente en Aogashima y Hachijojima, y la isla de Okinawa y otras islas menores.
El dialecto de la Región de Kansai hablado en la Región de Kinki que comprende Kioto, Osaka, Kōbe y Wakayama, este dialecto suele ser más directo y tiene una pronunciación más fuerte.
El abandono de los dialectos
Con la extensión de la educación formal y la difusión de los mass media, las poblaciones de las regiones que tenían dialectos con mucha influencia como Kyushu y Okinawa han abadonado progresivamente el uso de la variante vernácula y han adoptado la lengua de la Región de Kantō porque se enseña en las escuelas, se usa en la televisión, en la música, y porque el idioma de Kanto (標準語ーHyojungo, idioma oficial) se puede usar en cualquier parte de Japón e, incluso, se puede usar con los hablantes de japonés de América (Brasil, Perú, EE.UU.) y Europa.
La lengua japonesa ha crecido como lengua de estudio para los negociantes de la industria automotriz, financiera, transacciones internacionales. Varios estudiantes en los años 1990 en Corea del Sur, China, Taiwán, Estados Unidos, Perú, Brasil, Inglaterra, Alemania, Francia y España han estudiado japonés a profundidad para mejorar sus carreras en finanzas, negocios internacionales o ingeniería.
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